La congelación de óvulos ha crecido significativamente en Chile en los últimos años, con un aumento del 168% entre 2015 y 2021. Este procedimiento ha ganado relevancia entre mujeres que enfrentan enfermedades como el cáncer, ya que les permite preservar su fertilidad antes de someterse a tratamientos invasivos como la quimioterapia o la radioterapia, los cuales pueden afectar su capacidad de concebir.
Cada año, alrededor de mil mujeres en Chile deciden congelar sus óvulos. Para muchas, esto representa una esperanza de poder tener hijos una vez que han superado la enfermedad. La congelación de óvulos es una opción efectiva para preservar la fertilidad antes de iniciar estos tratamientos, ofreciendo una alternativa para quienes desean postergar la maternidad en condiciones adversas.
No existe una edad ideal establecida para la congelación de óvulos, ya que depende de la reserva ovárica y de las expectativas individuales de cada mujer en cuanto a su futuro embarazo. El procedimiento es relativamente sencillo y se lleva a cabo mediante la estimulación de los ovarios a través de inyecciones durante un periodo de 10 a 12 días. Esto permite que varios folículos crezcan, y cuando alcanzan el tamaño adecuado, se realiza una punción en los ovarios bajo anestesia para extraer los óvulos, que luego son congelados.
El tiempo de congelación de los ovocitos es indefinido, ya que pueden mantenerse criopreservados sin sufrir daños. Las probabilidades de éxito en un futuro embarazo dependen de factores como la edad en que se congelaron los óvulos y la calidad de los espermatozoides en el momento del tratamiento. En general, mientras más joven sea la mujer al momento de congelar sus óvulos, mayores serán las probabilidades de éxito en el proceso de fertilización y gestación.
En definitiva, la congelación de óvulos es una opción clave para las mujeres que desean preservar su fertilidad, especialmente en casos donde el diagnóstico de una enfermedad podría poner en riesgo la posibilidad de ser madre en el futuro.